lunes, 20 de septiembre de 2010

Estadios vacíos: la muerte del fútbol


No hay cosa mas dolorosa en el fútbol que ver un estadio vacío. Pienso que la afición es un elemento casi tan importante como los goles. Un partido sin espectadores es un partido muerto. Llevamos varios casos de partidos que se parecen más a un entrenamiento que a un partido de primera división. Equipos con entradas tan pobres no se merecen ocupar una plaza de la mejor (o segunda mejor) liga del mundo. Creo que mas de uno debería reflexionar sobre el tema.

El jueves pasado me quedé alucinado con el estado de las gradas del Coliseum Alfonso Pérez. El Getafe debutaba en la Europa League (había jugado la UEFA hace dos años) y el tan sólo habia 2.500 aficionados en un estadio que caben 18.000 . Ya sabemos que la afición azulona es complicada por tratarse de un municipio pegado a la capital, pero una entrada tan pobre no puede permitirse en un estadio. Bien es cierto que parte de culpa es de la directiva. En estos tiempos de crisis, y con el Odense como rival, no puedes poner la entrada mas barata a 50 euros. Pero tanto afición como directiva deben hacérselo mirar.

Ayer vimos el caso del Levante. Un equipo recién ascendido, no puede presentar unas gradas desiertas. Te dan ganas de descenderlo y subir a otros equipos que tienen mas ilusión por ver a su equipo entre los grandes. Porque antes que nada hay que saber el que fútbol es un espectáculo, y si nadie quiere ver tu espectáculo, te hundes. A parte del Levante y Getafe, hay otros casos parecidos en primera división como el Mallorca, Racing...

Las soluciones son muy diversas. Está la opción que inteligentemente ha tomado el Espanyol. Hacer un estadio mas pequeño a la medida de sus aficionados. De todos modos, un estadio con menos de 15000 aficionados no debería permitirse en primera división. Otro modo de afrontar el problema es rebajando el precio de las entradas. Si las pones a mitad de precio, puede que vaya el doble de gente y no tengas problemas económicos. Pero desgraciadamente el fútbol se mueve por resultados futbolísiticos y económicos, y no por los sociológicos. Por eso digo que descuidar el estado de las gradas es dejar morir al fútbol.

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