Estrellas y equipos

Las dos semifinales del mundial de Sudáfrica son muy diferentes. Una enfrenta a dos equipos con todas sus letras y la otra a cuatro estrellas acompañadas de unos amiguetes. Puede parecer un análisis muy simple pero si profundizamos un poco nos damos cuenta de la realidad de ambas semifinales.

Holanda y Uruguay son dos selecciones con poco fútbol de bloque. Ambos conjuntos tienen dos estrellas en el ataque que resuelven sus partidos, pero en cuanto a trabajo de grupo...poco. Robben y Sjneider por Holanda y Forlán y Luis Suárez por Uruguay, dan la calidad a dos equipos con muchos problemas defensivos. Además, este tipo de equipos, despliegan un juego muy aburrido. El partido de ayer fue muy malo, salvo los minutos finales que tuvieron algo de emoción. Se vio a dos equipos imprecisos en el pase y sin centro del campo. En definitiva dos equipos pendientes de sus estrellas, que como siempre aparecieron. Se podría decir que Holanda ganó porque Uruguay estaba en inferioridad de estrellas al estar sancionado Luis Suárez. Aunque tampoco es justo verlo así...

Sin embargo, el partido de hoy lo juegan dos equipos. Y cuando digo dos equipos, me refiero a dos conjuntos que trabajan y se sacrifican unos por otros. Donde nadie es la estrella, donde todos tocan el balón y son importantes, donde se busca el control de la pelota...Como su juego se basa en la combinación como equipo, no tienen que depender de su efectividad y del estado de forma de sus cracks. Por eso creo que hoy veremos un partidazo. Dos equipos que quieren tener la pelota y que tienen un trato exquisito con ella.

Las dos semifinales son dos estilos totalmente distintos. ¿Cuál es mejor? Al aficionado lógicamente le gusta mas el de Alemania y España porque es el que te hace disfrutar. A los entrenadores en cambio les da igual, porque lo que necesitan es ganar. Por tanto no quiero decir que uno u otro sea mas válido. Sencillamente digo que si puedes jugar bien cuando ganas...¿porque vas a jugar sólo al resultado? El fútbol es un espectáculo competitivo, pero espectáculo al fin y al cabo.