martes, 1 de marzo de 2011

La maldad si existe

Lo ocurrido el domingo en San Mamés ha despertado la vieja polémica de las agresiones en el fútbol. Si nos remitimos a la jugada estricta, vemos como Navarro le da un codazo a Llorente mientras ambos pelean un balón. Según el reglamento, ese tipo de acciones es motivo de expulsión. Pero la polémica no se ha generado por la acción o porque no fuera expulsado. La gran controversia ha sido la simulación de un golpe para evitar su expulsión. A primera vista podemos pensar que el jugador valencianista se salió con la suya porque jugó los 90 minutos; pero lo que Navarro no pensó es que, hoy en día, las cámaras lo graban todo. Ahora mas que nunca el defensa valenciano estará en el punto de mira de los árbitros. Y todo por fingir un golpe que no ha existido y que todo el mundo ha visto. La conclusión que podemos sacar de todo esto es que siempre hay que ir con la verdad por delante. Los mentirosos tienen un momento de aparente triunfo, pero siempre acaban pagando su error. Si David Navarro no hubiera fingido o incluso hubiera pedido perdón, entonces no se habría montado este lío. El problema es que todo este tinglado tendrá una víctima: el jugador.

De todas formas, cuando el río suena, agua lleva. No es la primera vez que el jugador del Valencia tiene problemas de violencia. A todos nos viene a la cabeza el puñetazo que le dió a Burdisso en un partido contra el Inter (véase la imagen). Por ello pagó 14 partidos de sanción. Además hay otras acciones que nos hacen ver que Navarro es un jugador que quiere ganar sea como sea. Y ese sea como sea incluye la violencia. Por tanto hay que condenar una actitud así porque el fin no justifica los medios.